viernes, 2 de febrero de 2018

Pecado original

Capón Rey, que yo sepa, no es seguidor de ningún credo (yo tampoco), sin embargo, arrastra adherencias de cuando profesaba el catolicismo, que afloran,  y de las cuales se sirve, cuando entiende que son de aplicación en ocasiones propicias. Para entender su complejo comportamiento, es necesario saber que se trata de  un itinerante ideológico y de principios, éticos y estéticos, que, en su ya largo caminar en la vida, va recogiendo y soltando,  incorporando y desprendiéndose de manera discrecional y a conveniencia.
Acaba de acusar, por el mero hecho de pertenencia,  a los miembros del PP del actual Gobierno municipal de Tuy, la práctica mayoría nuevos en política,  de padecer el pecado original  derivado de las irregularidades cometidas por los gobiernos y alcaldes locales anteriores de dicho partido. Y trata de imponerles, con  su peculiar sentido de la justicia, al considerarla descendencia  partidaria responsable, el castigo o purga bautismal  del acto de contrición de  asunción de culpas, y la enmienda de los entuertos pasados al objeto de poder  ganarse la reputación política perdida trabajando con especial y mayor empeño y esfuerzo,  al estilo bíblico de la sentencia aplicada a Adán y Eva en el momento de expulsión del Paraíso (que también  padecieron los inocentes animales y especies que lo habitaban) , "ganarás el pan con el sudor de tu frente".
El alcalde Padín le recordó que él también perteneció al PP y que incluso negoció, infructuosamente, con este partido la, por él mismo denostada y vituperada,  moción de censura (este tipo de maniobras deben ser el mágico pegamento que mantenía la aparente cohesión y estabilidad interna del cutripartito multicolor, cual efímero y circunstancial arco iris que resplandece cuando dos elementos climatícamente antagónicos, sol y lluvia,  coinciden  y se superponen . Capón Rey, a su pesar,  no solo es víctima de ese pecado original que enarbola y blande en el aire como arma arrojadiza, sino también  sujeto activo de cometerlo  en primera persona al sucumbir a la tentación que,  la  metafórica serpiente (Diz Guedes) enroscada en el árbol de la ciencia política del bien y del mal, le sometió al ofrecerle encabezar la candidatura del PP a las elecciones municipales venideras si abandonaba las responsabilidades de gobierno en Unión Tudense y pasaba al grupo de no adscritos en la bancada de la oposición para,  encarnando el espíritu de Maquiavelo, ejercitar lo que mejor sabe hacer:  labores de zapa y mina (con tal movimiento, que fue acompañado del padre de la número dos de AT y exconcejala de cultura, buena persona y amigo personal el primero, en aquel momento en apuros económicos, y a quien el referido reptil político compró la voluntad), Miguel Ángel Capón Rey entró en al apartado de la historia local vergonzante con el deshonroso e indisputable mérito de ser el primer tránsfuga de Tuy de la democracia.
Saliendo por peteneras, replicó el exconcejal de la Eurociudad que él había aportado más al PP, alcanzando la alcaldía con este partido, que a la inversa. Lo que dicho partido le aportó es asunto  que no ha trascendido la esfera privada de las partes. Presumió y presume de que nunca ha sufrido ningún tipo de acusación, apartado que  no es cierto,baste recordar el cambio irregular de emplazamiento del vertedero municipal, la denuncia por manejos de planos falsos de la aprobación inicial del PGOU, etc. Quienes estén interesados en conocer la ejecutoria como alcalde de Capón Rey, les remito al título publicado en este blog: Memoria de un "tiranosauro" rey de la política. La única manifestación de Capón Rey con la que sí estoy de acuerdo es que ha sufrido una moción de censura interna, principal y fundamentalmente, aunque no solo por la circunstancia que sigue, porque no se prestó a ciertos comprometedores manejos urbanísticos que la serpiente política mencionada exigía (el edificio Kiwi fue construido vulnerando la legalidad vigente, superando las alturas habituales y sin pago alguno al Ayuntamiento por licencia municipal, pues no podría obtenerla, ni por control arqueológico;  con lo que, para los promotores, todo fueron beneficios netos).
A propósito de este pasaje-episodio plenario dentro del punto último del Orden del día, Ruegos y Preguntas de los corporativos, merece destaque la irrupción no reglamentaria (no estaba en el uso del turno), irrespetuosa, maleducada y perversa del portavoz, en la oposición, del PSOE, Enrique Cabaleiro, que  sesión tras sesión va mostrando su verdadero ser, normalmente agazapado en la falta de referencias y en el adusto silencio característico, que forzó la ocasión para llamar sinvergüenza al alcalde, basándose que en tiempos pasados había criticado al PP.
Capón Rey, desde que fue expulsado del paraíso político llamado PP, ha ido, elección tras elección, de pena en mayor pena (no deber ser pieza tan valiosa cuando fuera del paraguas pepero es, en cuanto a resultados electorales, uno más del montón).
 Lo cruel de su situación es que, como no creyente, no cabe redención alguna, y que,  como perseverante en el no arrepentimiento,  tampoco absolución.

                                                            José Antonio Quiroga Quiroga


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