viernes, 26 de enero de 2018

Crónica- retrato de plenos y corporativos de la nueva Oposición


La oposición tudense acude a los plenos cargada de resentimiento por la moción de  censura (sigue sin asimilar las reglas de la democracia), y, sin pudor alguno, la va volcando en el desarrollo de las sesiones, cada cual conforme a sus características personales.
Los plenos, viscosos como las babas de hiel que van soltando los sabuesos infatigables,  se enfangan en debates y disertaciones puntillistas interminables, las más de las veces fuera de contexto, de modo que contenidos sin aparente complejidad hacen que se prolonguen hasta el límite de las doce horas de la noche.  
El de ayer (25/01/2018), como viene siendo habitual últimamente, fue uno de esos, con final escandaloso protagonizado por un Capón desarbolado, reincidente en desacatos y desórdenes.
Muy bien por parte del alcalde, educado, correcto, permisivo, diría que en exceso, e inteligente en las respuestas.
He aquí  el perfil-retrato de sus protagonistas, y breve crónica del último pleno:
Laureano Alonso (Son de Tui): Persona en la que convergen en coherente armonía la vulgaridad de presencia con la ordinariez de palabra. La característica que mejor lo define es el barullo y dispersión mental, y la querencia por la difamación, descalificación e insulto personal. No reparó en esta sesión en acusar gratuitamente al alcalde de mentir. Un trol de la política.
Enrique Cabaleiro (PSOE): Cetrino, enjuto de carnes, semblante severo de mala bilis, y poseedor de un cinismo medular, rumia secamente la amargura del desalojo, como quien masca chicle, con constantes gestos de incomodidad, que luego escupe mediante pronunciamientos apocalípticos. Utiliza con pasmosa ligereza un variado catálogo de calificativos peyorativos: tropelía, dislate, lodazal, despropósito, atropello, desvarío, “trapallada”, etc., seguidos de inelegantes autoalabanzas sobre su gestión. Esmerado publicista de su gestión, cantó anticipadamente en dos ocasiones (diciembres de 2016 y 2017) el gol fantasma de la apertura de la calle Orense, cuando el juego todavía se desarrollaba en terreno propio.  Toda su labor en dos años y tres meses se resume en trabajos previos, y nada concluido, salvo esas “cousas” relativas al mantenimiento. Contrariado  por haberse afinado a la baja la cuantía de la licitación del servicio de limpieza, defendió que las licitaciones deben ser “golosas” para los empresarios concursantes, a riesgo de que se presenten menos candidatos. Mostró preocupación por la probable baja del número de potenciales adjudicatarios, pero ninguna en regarles abundantes beneficios. Apreció premura en aplicar al concejal de Cultura y Patrimonio la asignación por dedicación a la concejalía del concejal saliente del PP, calificando algo tan razonable de “despropósito”.
Este concejal, ahora, muestra desconocidas virtudes de oráculo, eso sí, solo con capacidad para pronosticar los desastres que le aguardan a este Gobierno.
Yolanda Rodríguez: Mano derecha del anterior, y mandona por naturaleza. Es la encarnación de la pedantería ejercida con ceremoniosa parsimonia, y especialista en la presunción de descubrir Mediterráneos. Aperturista, en cuanto que llama “aperturar” al hecho de abrir la calle Orense. Soporta mal la escasa intervención en los plenos, lo que acentúa su proclividad a interferir el turno de palabra de otros intercalando  comentarios. Algo de lo que ya pecaba cuando se encontraba entre el público asistente a los plenos. Ahora  ocupada en labores de asesoramiento del alcalde (PSOE) de Gondomar.
BNGComo  no aprecio mayor diferencia cualitativa entre sus dos representantes, los identifico bajo las siglas de su partido. Mortecinos, pobres en recursos de expresión y de argumentos. Participación discreta y a rebufo de la línea de los demás partidos.
Capón Rey (Altenativa Tudense): Un dinosaurio, o más concretamente, un “tiranosauro” revenido de la política. Como alcalde que ha sido, tiene un historial lamentable de actuaciones urbanísticas que han estrangulado a la ciudad de Tui  de manera irreversible. Demagogo compulsivo y conspirador permanente, ejerce de abuelo-hemeroteca de la Corporación, y trata de dulcificar su fama de dictador con chascarrillos y gracietas que va soltando en los plenos, precedidos de sus propias risas. Acusa a los actuales miembros del Gobierno representantes del PP (partido éste en el que militó y con el que alcanzó a la alcaldía), de padecer del pecado original cometido por sus antecesores (entiéndase, exalcalde Antonio Rocha) al responsabilizarlos de actuaciones  de las que no son autores ni partícipes, y trata de imponerles su particular penitencia. Le gusta el poder como objetivo en sí mismo, como realización personal y por el prosaico hecho de disfrutar mandando.
Posee extraña o interesada manera de  razonar, como la manifestada en este pleno del 25/01/2018 acerca de las asignaciones a los concejales delegados.  Dice, para tachar de incorrecta la pretendida al concejal de Patrimonio y Cultura, que dichas asignaciones "se adjudican al cargo, y no a la persona, ¿te enteras?". Como  no hay cargo sin persona que lo desempeñe, la asignación recae en la persona en quien asume  el cargo y la responsabilidad derivada; de lo contrario, el sueldo se le da a un puesto (en Inglés, position) o cartera, que no es otra cosa que una figura laboral.
Carne de moción de censura (lleva dos en su haber), se encuentra descolocado y contrariado. Sin sitio que le satisfaga, ni consuelo, últimamente pierde los papeles con suma facilidad, pese a su provecta edad y veteranía como legionario de la política curtido en mil batallas.  Tal es así que ya fue expulsado una vez de la sala de sesiones, y en la última y reciente habría sumado otra, pues una vez finalizado la misma y durante el turno de Ruegos y Preguntas del público, se levantó alborotado de su escaño, y se aproximó a la posición del alcalde para increparle desaforadamente porque consideraba que no le estaba respondiendo al ruego de un asistente que demandaba debates públicos, de políticos y ciudadanos, del estado del municipio, no sin antes proclamar, en tono de desafío al alcalde,  “ahora no puedes expulsar”.
Capón Rey acosando al alcalde


Esta oposición es tan hipercrítica y se siente tan dueña del Gobierno que incluso se atreve a indicarle al alcalde cómo tiene que responder, y a la Secretaria cómo actuar
Y el público asistente, una media de treinta vecinos, la mayor parte incondicionales de los partidos en la oposición, y condicionados por su ciega  adhesión inquebrantable, parece que solo va a los plenos a disfrutar del espectáculo riendo y jaleando con sus aplausos las escenas chocantes.
                                   José Antonio Quiroga Quiroga
 
 

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