miércoles, 13 de septiembre de 2017

Estridencia colorista en el Casco Histórico de Tuy

          He remitido a Patrimonio Histórico el mural pintado en la pared de cierre de una finca situada dentro del recinto histórico de Tuy, para que sea sometida al dictamen de la Comisión Provincial de Protección del Patrimonio Histórico.
         Al margen del sentido de  la resolución al respecto de dicho organismo, me siento apremiado  a adelantar mi opinión particular sobre lo que considero un ultraje y horror ambiental- paisajístico.
          Hace más de treinta años, el arquitecto Jaime Garrido, autor de varios libros sobre historia de la arquitectura de Vigo y comarca, y autor del diseño de la Plaza de Frómista (con discutible acierto)elaboró, por encargo del Colegio de Arquitectos de Vigo, un informe sobre: EL PROGRESIVO DETERIORO MEDIO AMBIENTAL Y DEL PATRIMONIO HISTÓRICO-ARQUITECTÓNICO DE TUI, en el cual denuncia "la laxitud y dejadez de los órganos de control e inspección del propio Ayuntamiento y de la Dirección Xeral do Patrimonio Histórico-Artístico de la Xunta de Galicia" y  advierte de la presencia de elementos que contribuyen a empeorar la escena urbana como; "carteles anunciadores y vallas publicitarias en puntos estratégicos de las vías públicas, y que suelen coincidir con puntos de vista interesantes de la ciudad" (en su día, dicho arquitecto me habló del negativo impacto del eterno anuncio comercial que ha sido sustituido por el actual mural); además de recomendar que se evite el empleo de colores compactos y fuertes. Este informe, que obra en el archivo municipal, debería ser desempolvado y de obligada lectura y referencia de todo gobierno municipal entrante.




           Bien está publicitar el casco histórico (poner en valor, para los políticos) y otros atractivos del municipio, pero hay que saber cómo y dónde. Salta a la vista, porque ofende la mirada de cualquier persona medianamente sensible o instruida, que el reciente mural, por su dimensión y colores intensos, potenciados por el contraste de la pintura atípica, e igualmente fuerte, que añade la casa colindante, incompatibles con la clásica construcción edificatoria de piedra, distorsionan gravemente el perfil e imagen visible de la ciudad antigua en su fachada suroeste; además de la contaminación ambiental añadida  por estar en el mismo Camino de Santiago . No entro en el detalle de la idoneidad de ciertas figuras del mural, algunas desmesuradas en relación a lo que es más relevante y digno de ser publicitable, más propias de un comic (piragua y piragüista) que de un cartel anunciador serio sobre el patrimonio histórico y monumental, porque la responsabilidad de la realización de dicho mural, incluso su factura, no es imputable al pintor, sino al gobierno municipal; pero sí en la peregrina y pirata idea, teñida de mezquindad, de incluir publicidad, por muy discreta que sea, dado lo bien poco que se le retribuye al autor y lo muy poco que se puede recaudar con la misma; máxime si reparamos la largueza en el gasto en cuanto a los festejados festejos. Parece que una intervención desafortunada actúa como una pica Flandes para que se cometa otra, pues mismo semeja que los desaciertos, cuando no desmanes, tienden a hacerse fuertes y duraderos agrupándose (Edificio Beira do Miño).
         Decía un concejal, al que, luces e instrucción aparte, profeso cierto respeto por desinteresado, bienintencionado, leal y suficientemente trabajador, que con las pinturas en las tres vías principales de entrada a Tuy, se pretendía "causar la mejor impresión desde el primer al último minuto". Con este mural creo que se conseguirá lo contrario.
         Dada la elocuencia de las imágenes, no considero necesario extenderme en más análisis, salvo reseñar que el actual gobierno municipal, volcado en  populistas actuaciones de piel, que aprobó la ordenanza de Limpieza y Ornato, está siguiendo el discurso de campaña, a falta de uno propio, del exconcejal Manuel González Vázquez (Rato), quien preguntado en la RMT sobre qué necesitaba realmente Tui, precisaba que era evidente que Tuy estaba necesitado de color. Y claro, eso se arregla fácil con unas cuantas manos de pintura.


                                               José Antonio Quiroga Quiroga

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