Tuy tiene, cómo
no, en el edificio Beira do Miño su tropelía urbanística de impacto en el tramo
de concentración de atropellos de la calle Martínez Padín. Una especie de
Algarrobico de interior, versión vivienda, incrustada en el costado oeste del
recinto histórico. Fachada altiva de la colina de piedra de entrada a la ciudad
desde Portugal, que va camino de convertirse en colina de hormigón, que por su franca
exposición no necesita de señalización que advierta al viajero de que se
adentra en territorio caníbal. Asombra y entristece el modo en cómo vamos
devorando nuestro patrimonio e historia. Y con qué indiferencia le robamos belleza y encanto a nuestra bandera más representativa,
sujeta a que se pueda mancillar sin temor a que soliviante la ciudadanía. Muy al
contrario de lo que ocurriría si la afrenta se infligiese a la señera de paño,
recientemente aprobada por el pleno de la Corporación.
La especulación
salvaje, que no se ciñe solo al período
del “boom” urbanístico, ha dejado lamentables huellas en el paisaje urbano, a
modo de traumáticas mordidas, como el hueco dejado por el derribo de 66 m de muralla correspondientes al baluarte
del Olmo (S. XVII). De tentativas, como el proyecto de amurallamiento y
ocultación de la mencionada fachada oeste del conjunto histórico, con dos bloques de 23,50 m de alto, 22 m de fondo y 85 m de
longitud total, para construir 77 viviendas en la margen este del río Tripes,
que afortunadamente aborté realizando tres infografías (mes y medio de trabajo)
que entregué en las Consellerías de Cultura y de Ordenación do Territorio
y Obras Públicas. Y de agresiones
aberrantes como el bloque ilegal de viviendas del mencionado Beira do Miño, que
distorsiona y empaña la imagen histórica de la Cívitas Tudensis, seña de
identidad y atractivo turístico de primer orden.
Ante la
elocuencia de las imágenes que siguen, considero innecesario entrar en más
detalles para describir el tremendo daño
causado, y en abundar en argumentaciones orientadas a sensibilizar a la
ciudadanía en cuanto a protección y recuperación de nuestro bien más preciado.
MORDIDAS TRAUMÁTICAS EN EL PERÍMETRO AMURALLADO :
MORDIDAS TRAUMÁTICAS EN EL PERÍMETRO AMURALLADO :
Baluarte del Olmo y escarpa exterior aterrazada de bellos viñedos y huertas |
Exterior del Baluarte del Olmo, con capa de musgo en la parte baja |
Vistas de las actuales murallas de hormigón
TENTATIVAS DE AMURALLAMIENTO DE LA FACHADA OESTE
DEL CASCO HISTÓRICO:
Impacto paisajístico del bloque de viviendas comtemporáneo en la fachada oeste
del casco histórico que distorsiona la imagen de ciudad antigua
|
AGRESIÓN A LA IMAGEN ANTIGUA DE LA CIUDAD:
Hermosa estampa de Tuy antes de las agresiones paisajísticas |
Solamente cabe
referir que algunos atentados perpetrados a la estampa urbana y al tejido de
la red viaria son de difícil o imposible reparación, pero no los sancionados
por la justicia con demolición y obligada reposición de la legalidad de volver las cosas
a su estado anterior. De ahí que no se puede
entender la manifestación de nuestro actual alcalde de importación, que
gobierna en régimen de secuestrado competencial, que sería dramático para
Tuy que alguien exigiese la ejecución de sentencia que pesa sobre el bloque de
viviendas Beira do Miño. La ejecución de dicha sentencia supondrá el beneficio
de recuperar la parte de la esencia perdida de ciudad antigua y de liberar suelo para poder crear aparcamientos para el casco histórico, además de precedente
ejemplarizante que ayudará a valorar y respetar el patrimonio histórico y a
desterrar la perniciosa práctica de hechos consumados.
Como anécdota
dirigida a descreídos traigo a colación un pleito en el que se dirimía la legalidad de
la reconstrucción de un inmueble de tres plantas, en el que participé como
perito de la parte demandante. Cierto día, con la mejor de las intenciones, le
dije a la parte demandada que dejasen a un lado las disputas verbales entre
vecinos y llegasen a un entendimiento. Que no arriesgase todo un capital a
cambio de ceder muy poca cosa, aunque creyese que le asistía la ley, porque consideraba que la obra podría acabar en
demolición. Tras unos segundos de silencio, me respondió: “no, aquí no se
demuele nada, ahí está el Beira do Miño”. Lamentablemente, porque se trata de una episodio desgraciado, la justicia le ha hecho ver que
se equivocó en el pronóstico en cuanto a lo que le toca como propietaria. El tiempo le recordará que también se había equivocado respecto del
destino del Algarrobico de Tuy.
José Antonio Quiroga
Quiroga