sábado, 20 de abril de 2013

Hipotecas y dación en pago


 

 Dado que el gobierno actual decidió socorrer con un máximo de cien mil millones de euros a las entidades financieras, dinero procedente de los  tributos de todos los españoles (veinte millones de contribuyentes) a la hacienda pública, y que no revertirá posiblemente nunca en su beneficio en forma de  infraestructuras y servicios, considero de justicia que, a efectos de intereses, y de desahucio, del total de la cuantía del crédito hipotecario a cada particular, se deduzca la cantidad en préstamo, del orden de 5.000 euros, que cada ciudadano realizó a dichas entidades a través del Tesoro Público. Al margen de la relevancia económica que tal medida pueda tener para el hipotecado, al menos tendría el valor de reconocimiento documental de la cuota de sacrifico, entre otros, que el pueblo realiza en la tarea común de salir de la crisis.

A nadie se le escapa que tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, y consecuente depreciación de la vivienda, todos los propietarios de bienes inmuebles: parcelas, solares y viviendas, inversores o no, son ahora más pobres. Sin embargo, las entidades financieras, principales impulsores y responsables de dicha burbuja por tasar dichos bienes muy por encima del máximo legal del 80% del valor real, con el consentimiento de los gobiernos habidos, no aceptan, como propietarios mayoritarios del parque de vivienda, las consecuencias negativas del mercado que ellas mismas generaron con su práctica fraudulenta de sobreprecios. Y rechazan, pues, la dación en pago, trasladando inicuamente a los hipotecados toda la carga y responsabilidad con el  agravante de que los desahuciados son gratuitos financiadores indirectos de los desalmados acreedores. De no violarse la ley hipotecaria de rebasar el valor máximo de tasación del 80 %, la dación en pago cubriría la depreciación que el estallido de la burbuja trajo consigo. La sentencia del Tribunal de Justicia Europeo sobre la ley hipotecaria española es la única esperanza de que el drama de los desahucios no alcance el nivel de tragedia nacional. Aunque una vez que se ha permitido alcanzar tal magnitud  de especulación el problema no tiene fácil salida.

 

 
                                               José Antonio Quiroga Quiroga

 

 

miércoles, 17 de abril de 2013

Dolores de cospedal

Paciente: Doctor, tengo dolores de cospedal.
Doctor: Disculpe, pero no le entiendo. ¡Podría explicarse mejor?
Paciente: Quiero decir que la sanidad pública y  el país entero está hecho un cospedal, y mi salud se resiente gravemente por ello.
Doctor: Perdone, pero sigo sin entender nada.
Paciente: Me explicaré: Cierto que cospedal es palabra que no recoge el diccionario; pero se dan razones de peso como para que la RAE la incorpore, ya que si "Cospe" significa: Cada uno de los cortes de hacha que se hacen a trechos en una pieza gruesa de madera, para facilitar su desbaste, "Cospedal" debería significar: El estado de desbaste o menoscabo en que queda algo o una cosa después de sufrir muchos y serios recortes.
Doctor: Ah, ya caigo.
Paciente: Pues yo estoy que no me levanto, doctor.


                                                       José Antonio Quiroga Quiroga

sábado, 13 de abril de 2013

Partida entre pringados


A la vista del burdo y obsceno juego de réplica y contrarréplica que se traen los dos partidos que alternan o se turnan en el gobierno, diríase que no representan a nadie más que a ellos  mismos. Basta con ver como el partido en el poder, ante  acusaciones sobre prácticas supuestamente irregulares, o simplemente desafortunadas, planteadas por el principal partido de la oposición, responde sistemáticamente devolviéndoselas al interpelante, sin mediar explicación o justificación alguna, con el antidemocrático ánimo de acallarle alegando falta de autoridad moral para exigir responsabilidades por haber cometido con anterioridad los mismos pecados. Y como éste, acomplejado, flaquea y opta por no contraatacar para no remover más las cosas, quedando así la ciudadanía huérfana de toda aclaración salvo la certeza de asistir a un espectáculo bochornoso en el que el nivel de legitimación de la actuación gubernamental se establece, a la baja, por comparación con el peor de los registros del partido rival.

Las explicaciones, cuando se rinden, no se deben dirigir, en exclusiva, a la  persona o partido que las pide en cuanto organización política, sino, en primera instancia, a quienes representa y, por extensión, a quienes se las debe:  a los votantes del propio partido  y a toda la nación que está bajo su gobierno. Cabría esperar, por tanto, que el parlamentario noqueado por el propio bumerán, desembarazándose del lastre del pasado, reaccionase diciendo que sus culpas y las del partido ya fueron expiadas al haber sido desalojados del poder, y exigiese las pertinentes en nombre de la ciudadanía. Pero a tal ejercicio de honestidad y franqueza  parece que ningún partido está dispuesto a someterse temeroso de quedarse con el sambenito.

A nadie puede extrañarle, pues, el desplome en intención de voto que sufren actualmente  los dos grandes partidos que han gobernado España en los últimos treinta años. Quienes tomando como referentes patrones de conducta, errónea o ilícita,  seguidos por sus  predecesores, y los repiten, les aguardan dos destinos: el pelotón de los torpes en la bancada de la oposición, o la cárcel.

 

 
                                                   José Antonio Quiroga Quiroga

martes, 9 de abril de 2013

El día grande de San Telmo en Tuy


Dos discordancias de orden formal y protocolario distorsionan el remate de las fiestas patronales de Tuy: el despliegue de bayonetas alrededor de la imagen del patrón de los navegantes, enarboladas por un pelotón de La Comandancia de Marina Cabo Fradera; y el ordinario y nada solemne broche verbenero después de la procesión del santo-beato.

1ª.- No está fuera de lugar que los marinos, como hombres del mar, aunque de carácter bélico, se acojan a la protección de San Telmo,  a mayores de que tengan a la Virgen del Carmen por patrona, a pesar de que la intervención milagrosa del santo-beato tenía como únicos destinatarios a los marineros pescadores y marina mercante, en principio de la costa atlántica gallega, tras conocer el pavoroso desamparo que padecían en sus respectivas faenas. Pero entiendo que si lo está el que unos marinos, fuera del contexto de recogimiento místico, le escolten en la procesión armados de fusiles rematados con desnudas e hirientes  bayonetas. ¿Qué sentido y significado tiene esta escenografía marcial?  ¿Acaso el santo necesita protección y en contraprestación entienden que deben proporcionársela con armas? ¿Protección de qué y de quién? ¿Y hasta el punto de llegar al cuerpo a cuerpo si fuese preciso? Si lo que pretenden es demostrar devoción basta con que asistan uniformados a la procesión, al margen de que las instituciones civiles  estén obligadas constitucionalmente a mostrar neutralidad confesional, si bien, en descargo de actitudes y costumbres, los patronazgos religiosos en España, por su absoluta implantación geográfica y arraigo merecen capítulo aparte.

2ª.- Después de más de una semana de festejos de carácter lúdico, que incluye tres jornadas con verbena, el lunes de San Telmo, el día grande por excelencia, debería estar dedicado preferentemente al santo patrono en la vertiente religiosa. Si no en su totalidad, si al menos la tarde-noche del mismo. La procesión y los  fuegos de artificio, alegoría jubilosa del fuego salvador de San Telmo, deben ser el único remate posible. El patrón de Tuy, al igual que la máxima autoridad en todo acto solemne, debe tener la última palabra; y con ella en el corazón marcharán los tudenses reconfortados hacia sus hogares. Concedérsela a una orquesta ruidosa en forzadas horas de vigilia  cuando se tiene que ir a trabajar a la mañana siguiente es una vulgaridad y un disparate inadmisible desde los puntos de vista, formal, protocolario y de sentido común. Incluso económico. Tampoco es coherente y apropiado que por la tarde y hasta minutos antes de la procesión, tiempo de expectación e inmersión espiritual, la barahúnda de una orquesta perturbe la disposición anímica del inmenso gentío que acude a verla. ¿A qué clase de baile emocional, del festivo al religioso y vuelta final al festivo, nos somete esta obtusa e insensible programación?. El santo patrono creo que merece medio día de dedicación del total de nueve de expansión y “troula”.

 

                                                          José Antonio Quiroga Quiroga