miércoles, 25 de enero de 2012

El obsceno chocolate del loro político


No es el loro político un loro cualquiera. Ni moco de pavo el presupuesto de gastos para representación y gestión personal, que un ex político, ahora con columna en periódico provincial, ha convenido en llamar el chocolate del loro. Tampoco son moneda corriente el selecto paladar y gusto por lo exclusivo de tan encumbrada especie.
Las fabulosas cantidades de dinero que recauda la Administración, y que maneja esta clase pagada de sí misma y éticamente desestructurada, les sirven de coartada para, en términos porcentuales, considerar minucias las partidas millonarias que en dispendio personal costeamos los sufridos contribuyentes, y que derrochan sin miramientos en celebraciones, reuniones y atenciones protocolarias.
Sumándome al fuego cruzado del destape de derroches perpetrados a título particular por políticos, abierto en este arranque de precampaña a las elecciones municipales, pero en calidad de franco tirador de la ciudadanía, descorreré un transparente visillo de comedor. No hace mucho, una dama, y cohorte del parlamento gallego, cuyo homólogo en el cargo del parlamento catalán es el “tuneante” y caprichoso tuneador de coches oficiales, Ernest Benach, hizo escala en Tui para comer. Una vez en el restaurante, esta dama, de vista estrábica, que dentro de unos meses repartirá abrazos con cualquiera con derecho a voto, solicitó de inmediato un biombo para marcar distancia respecto de los demás comensales, la mayoría consumidores habituales del menú del día. Carta en mano, la mirada divergente convergió, sin aparente dificultad, en las ofertas más caras: angulas y selecto marisco. Al rato desfilaron solemnemente bandejas con dichos manjares, eso sí, convenientemente tapadas con paños para no herir sensibilidades. Naturalmente, como corresponde a personas de categoría, nadie reparó en el importe de la factura. Tampoco era la cosa como para fatigar la vista si la Visa no se iba a resentir.
La ciudadanía, que no pierde detalle, valora no sólo la delicadeza mostrada en las formas y modos, así como el particular sentido de combatir la crisis con el consumo generoso, sino también el demostrado afán de ejercer el cargo con provecho.


                                        José Antonio Quiroga Quiroga 

Nota: Al objeto de retirar, a petición de parte, de la página de Intra Muros la imagen y entrada del escrito: “Carnicerito converxente” publicado en “Tiralíneas” y, a falta de escrito nuevo, rescato este artículo publicado en noviembre de 2008, dada su vigente actualidad.