lunes, 17 de diciembre de 2012

Gobierno Ilegítimo


Cuentan de Mariano Rajoy, cuando era escolar de las Discípulas de Jesús, que un día su hermano Enrique le animó a participar en el partidillo de futbol del recreo. Marianín, que  no poseía disposición ni habilidad para el deporte, entró en la cancha  sin mayor entusiasmo y, cual observador, se situó en un lugar despejado algo distante del errático y bullicioso enjambre de niños. Cuando por azar, tras varios rebotes, la pelota cayó a los pies del futuro presidente del Gobierno, éste, para pasmo de todos, la cogió con las manos  y echó a correr con no se sabe qué intención.

 Rajoy ha vuelto a ser Marianín, sorprendiéndonos con una maniobra fraudulenta e inesperada. Con el poder en sus manos, ajeno a las reglas del juego  establecidas en el programa electoral de su partido, corre decidido a meterle un gol a la España de los trabajadores en activo, en paro y jubilados, para devolverle al mercado lo que el mercado considera que le pertenece.

He aquí el decálogo de incumplimientos o engaños electorales del señor Rajoy, que   ilegitiman su primer año de gobierno:

1.- Incremento de la tarifa del impuesto sobre la renta (IRPF), ahorro y bienes inmuebles (IBI). “Quiero dejarlo muy claro para que nadie se llame a engaño. Nos vamos a oponer a cualquier subida de impuestos, Subir impuestos hoy significa más paro y más recesión”, Rajoy en Soutomaior (09/2011).

2.- Amnistía fiscal. El PP calificó de “impresentable, antisocial e injusta” la amnistía fiscal que preparaba el Ejecutivo de Zapatero y que nunca se aprobó. Rajoy rescató el proyecto permitiendo a los defraudadores blanquear su dinero tributando solo el 10% del capital evadido, sin intereses ni multas.

3.- Reforma laboral. El PP aseguró que no abarataría el despido, sino que promovería el contrato indefinido como regla general.

4.- Subida del IVA. El tipo general subió del 18% al 21%.

5.- Copago sanitario y tasas universitarias. En el debate electoral Rajoy prometió “meter la tijera a todo salvo a las pensiones, a la sanidad y a la educación. Ciudadanos y pensionista pagan el 10% del precio de las medicinas con un tope de entre 8 y 18 euros. Los universitarios deben pagar entre el 15 % y el 25 % del coste de la titulación.

6.- Cumplimiento del déficit. Rajoy declaró en marzo un nuevo objetivo de déficit del 5,8 % para 2012, frente al 4,4 % comprometido con Bruselas. Tras pactar con la UE un nuevo objetivo del 5,3% lo cambió después del verano hasta el 6,3 %  que se eleva al 7,3 5 si se tienen en cuenta las ayudas a la banca.

7.- Eliminación de los beneficios fiscales en el impuesto de sociedades.

8.- Congelación del salario de los funcionarios y eliminación de la paga extra de navidad.

9.- Paralización de parte de la ley de Dependencia.

10.- No revalorización de las pensiones de acuerdo con el IPC. En la entrevista sobre el tema en TVE el 10 de septiembre, Rajoy dijo, “Si algo no tocaré, serán las pensiones, porque el jubilado es el más indefenso y no tiene una segunda oportunidad”.

 
            La falta de reparo en responsabilizar de los incumplimientos  y recortes a la herencia recibida y al desconocimiento de que el país estuviese tan tieso financieramente, dando por sobreentendido que el gobierno anterior falseaba las cuentas, conduce a la pregunta, ¿ dónde estuvo y a qué se dedicó el señor Rajoy como líder de la oposición desde 2004 a 2011 y presidente de un partido que gobierna en varias e importantes autonomías, todas ellas con el mayor índice de endeudamiento, para no enterarse de cómo estaban las cosas? Probablemente, conforme a su reputación de bon vivant, fumando puros en el cigarral.

 Marianín tampoco se había percatado de que al futbol se jugaba con los pies.

¡Salve, Mariano! los que vamos a morir (el pueblo sabio) te votamos.

 

 

                                José Antonio Quiroga Quiroga

 

 

 

 

 

 

martes, 9 de octubre de 2012

Pueblo sabio


En la noche del escrutinio de votos, el vencedor en las urnas, ufano y embargado de triunfalismo, tomó la  parte favorable del electorado por el todo, y, sin pudor ni respeto alguno hacia los no simpatizantes derrotados, se obsequió, a mayor gloria personal, su primer elogio público al proclamar la sabiduría del pueblo por la atinada decisión.
De un pueblo que elige democráticamente a “chiquilicuatres” como representantes no puede decirse precisamente que sea sabio. El pueblo que sostiene a una casta de políticos mediocres, pagados de sí mismos, falaces, irresponsables, despilfarradores y corruptos no puede ser sabio. La llamada sabiduría popular, esa experiencia de vida de siglos, pertenece al refranero de cuando las gentes no tenían participación alguna en política.
 Lo único que se puede decir de la voluntad popular expresada en las urnas es que, en principio, es soberana para elegir a sus representantes. Pero este ejercicio de soberanía suele estar en entredicho por cuanto que su consustancial atributo de independiente está viciado de desinformación, apesebramiento y fanatismo partidario. El pueblo será todo lo sabio que los políticos quieran, pero si algo lo define inequívocamente es su condición confiada, trabajadora y resignada. Los listos son ellos, los elegidos.
 La sabia resignación lleva al pueblo en tiempos difíciles a arrimar todavía más el hombro en aras de un futuro mejor aceptando recortes en sus derechos fundamentales, y a consentir que los causantes de sus desgracias perseveren como administradores de sus destinos preservando intactas las antidemocráticas estructuras políticas y sus obscenos privilegios.
Políticamente, el pueblo tiene lo que quiere. No lo que merece. Pero lo que el pueblo quiere, raramente responde a lo que le conviene.  
 
NOTA anexa en clave menor: Nuestro alcalde, el ilustrísimo señor Moisés Rodríguez, en el acto público de posesión de la alcaldía,  también pecó, cómo no,  de falta de pudor y de respeto a los presentes y conjunto de tudenses políticamente divergentes, diciendo que el pueblo había sido sabio. Que los dioses le conserven el delicado tacto de su blanda mano tendida.
 
                                           José Antonio Quiroga Quiroga
                                          

miércoles, 12 de septiembre de 2012

La socorrida tranquilidad de conciencia



 

Con frecuencia indeseada, dada la corrupción imperante, asistimos a la repetida escena de imputados compareciendo ante los medios de comunicación entonando, a modo de confesión pública, la jaculatoria, “tengo la conciencia tranquila”. O, con mayor rigor, si cabe, como corresponde a un expresidente del Consejo Superior del Poder Judicial, como Carlos Dívar, “tengo la conciencia absolutamente tranquila”. ¿Qué cualidad exculpatoria tiene la tranquilidad de conciencia para que todo el mundo acuda a ella? Ante qué o quién exculpa la tranquilidad de conciencia, cabe preguntar, sobre todo a una de las figuras más representativas de la  Administración de Justicia. Solamente ante uno mismo pero no ante la ley. Este tic probablemente responde a la búsqueda de la absolución social, pero, en cualquier caso, el  estado de la  conciencia de los inculpados es irrelevante para formar juicio sobre sus actos.

 El recurso a lo que dice la propia conciencia probablemente responde a la creencia religiosa de que es la voz de Dios. Para Benedicto XVI la conciencia es “la voz divina que habla en nosotros, la capacidad humana para reconocer la verdad en ámbitos decisivos de la existencia”. El enfoque laico de lo que es la conciencia, arroja definiciones diversas como, p.e., “la autonomía absoluta de la voluntad individual”.

Independientemente de la naturaleza, consideración y valor que la conciencia tenga para cada cual, siempre me han parecido patéticas, sobre todo en personas de reconocida  altura intelectual, las invocaciones al estado de ánimo de su conciencia. La conciencia no tiene voz audible. Quién en descargo de responsabilidades apela a lo que, supuestamente, le dice la suya, sabe que ésta no puede desmentirle.

 
                                            
                                                José Antonio Quiroga Quiroga

                               

 

lunes, 13 de agosto de 2012

Historia e historias




A raíz del debate generado sobre la fecha de ejecución de los arcos codales de la catedral de Tui, el grado de intervención del rayo caído en 1974 y los terremotos de Lisboa y el ocurrido en 1761 en la declaración de ruina de la misma, se ha comprobado que abundan sobre estos aspectos concretos publicaciones contradictorias de muy escaso rigor histórico que revelan la frivolidad, falta de categoría y compromiso profesional, en lo específico, terminología técnica y corrección literaria con que se abordan.

La acción de trasladar determinadas anotaciones históricas a un libro o libreto, no se debe acometer como quien descarga un camión, sea de mercancía o de noticias, sin otra preocupación que la de amontonarlas o apilarlas con más o menos orden.  Todo historiador que se precie, no puede limitarse al cometido de simple amanuense, labor de escaso mérito y al alcance de cualquiera que tenga paciencia, sino que debe verificar muchos aspectos, todos los que estén al alcance de sus posibilidades, como, p.e., fiabilidad de la fuente, coherencia del contenido del texto, contraste con los escritos de otros autores y, cómo no, aplicar criterio. De lo contrario, a base de copiar lo que cada cual buenamente encuentra, se corre el riesgo de difundir inexactitudes que van tomando cuerpo de verdad a medida que con el tiempo, otros, con semejante actitud de diletante, se apoyan en ellas, creando una maraña contaminadora  difícil de destejer.

El análisis del alcance de los daños causados por el rayo caído el 17 de noviembre de 1791, y su grado de contribución en la declarada ruina de la catedral, además de la acción de los terremotos sufridos, me ha llevado a un supuesto de reconstrucción de los trabajos de reparación de Domingo Novás relacionado con los arcos codales de la nave central. Está constatado que la cepa del cimborrio, sobre la que hoy día descarga un arco codal, ha sido demolida y reconstruida por el maestro cantero Domingo Novás, quedando únicamente sin bajar la bóveda que sujetaba. Ante este hecho caben dos hipótesis, una, que si antes de la demolición de la cepa descargaba en ella algún arco, necesariamente fue demolido al tiempo que dicha cepa, luego el actual arco codal que estriba en ella ha sido ejecutado por dicho maestro cantero; dos, si no existía arco alguno, incontestablemente el existente hoy día se debe en exclusiva al citado maestro cantero. Esta deducción lógica pone a prueba el rigor científico de lo recogido en algunos escritos, de más o menos carácter histórico, que dichos arcos codales son todos anteriores al siglo XVII, ya desacreditados debido al arco codal contemporáneo de Pons Sorolla.

En cuanto a los terremotos, en concreto el de Lisboa de 1775, antes de abordar la problemática de sus efectos y, en concreto, la descripción de los daños materiales en la estructura visible de la catedral, procede insertar algunos párrafos del Archivo Histórico Nacional (AHN) para poder evaluar el grado de fiabilidad de los testimonios registrados. Tras el terremoto “el rey FernandoVI pidió noticias urgentes de todos los puntos de la península para conocer el alcance de los daños ocurridos”. Sobre las jurisdicciones de la provincia de Tuy, “Llama la atención que en los documentos existentes en el AHN  sólo se encuentran los informes de Bayona y Puenteareas dirigidos directamente al Consejo de Castilla por el corregidor y el alcalde mayor de estas localidades”. “Los documentos estudiados referidos a la antigua provincia de Tuy son en total 22 y tienen las siguientes procedencias: AHN, 2; Archivo Histórico Diocesano de Tuy, 1; Archivo Histórico Provincial de Pontevedra (AHPP), 19”. El informe del abad de Oia ha sido publicado por Fernández-Valdés en 1955 aunque, por su interés, se transcribe de nuevo desde el original del AHPP; es, con mucho el testimonio más detallado y solvente de todos los emitidos en la provincia. El informe de Tuy sito en el AHDT ha sido amablemente proporcionado por D. Luis Mendoza, del Observatorio Geofísico de Santiago del mismo Instituto Geográfico Nacional y tampoco se reproduce”. Previamente   al abordaje citado, conviene reflejar también algunos datos sobre su repercusión en territorio español que permiten configurar una cierta idea de su acción devastadora en el apartado de  víctimas, a pesar de la dificultad histórica de cuantificarlas, máxime dada la fecha. Están registradas en el AHN,  61 muertes a consecuencia de los temblores y 1214 ahogados debidos al tsunami. En cuanto a los efectos en las construcciones podemos ver en los registros del AHN testimonios contradictorios como los que siguen, correspondiendo el segundo  a Ávila de la Cueva: “Tuy (catedral): se sintió menear la tierra con tanta violencia que se levantaban las piedras de las sepulturas, sacudiéndose unas con otras las de todo el templo, y blandiéndose con impetuosa violencia las rejas del coro y capillas y del mismo modo la del Santísimo Cristo de la Capilla Mayor, con todas las imágenes, follajes y remates de su adorno. Se sentían caer piedras de las bóvedas. Se meneaban con descompasada fuerza las torres de las campanas y las demás de la iglesia y las almenas de la Coronación”; “ Tuy (catedral): se ha mantenido en pié y sin especial daño la fábrica de este templo. Tres almenas han caído sobre la bóveda de la nave de San benito sin hacerle lesión alguna, no rompiendo ni el tejado ni la madera del armazón. Se ha hecho una hendidura en la fachada de la puerta principal de la iglesia, fácil de reparar”. Incluyo dos testimonios, también del AHN, sobre los daños en el monasterio de Oia, tanto por ser el más detallado y fiable, como por su cercanía, con el fin de imaginarnos el alcance del terremoto: “Oia (monasterio); se ha desplomado y abierto la pared y bóveda del crucero de la iglesia. Se ha abierto un arco de una capilla en que descansa la escalera principal de la iglesia, de modo que fue preciso postearla  para que no se venga a tierra. La fachada principal que cae a la plaza de Armas del monasterio, se desplomó un palmo y amenaza ruina en opinión de nuestros experimentados”; “Oia (monasterio): parecía hundirse todo el edificio, desquiciándose como de facto se desquiciaron las maderas y vigas de los claustros hasta afectar a los mismos sillares y piedras donde tenían su asiento. La iglesia y demás bóvedas del monasterio hacía tal sentimiento y desunión entre sí que todos consintieron en que se venía a tierra el templo, y casa, huyendo toda la gente de ella. La torre nuevamente construida se movía de tal manera, que les parecía imposible que pudiera mantenerse. Los estribos que están arrimados a la frontera del monasterio se apartaban de la pared casi una vara (0,8 m), viéndose por entre dicha pared y estribo otros edificios contiguos”.

Relativo a la acción desestabilizadora en los muros del templo de los terremotos de Lisboa, al que se suma el de 1761, al incidir en primera instancia y fundamentalmente el movimiento ondulatorio del terreno en la cimentación, considerada de precaria consistencia en documentos de la época, y su contribución a la ruina del edificio, cabe argumentar lo que sigue a mayores de la violencia constatada: Probablemente, salvo prueba documental en contrario, la estimación y relación de daños a la vista en el edificio de la catedral a consecuencia de los movimientos sísmicos haya sido realizada por clérigos y no por expertos. Algunos de dichos daños son de importancia indiscutible como la hendidura en la fachada, que aunque haya sido considerada “fácil de reparar” por un profano en construcción como debió serlo Ávila de la Cueva, lo cual no está reñido con importantes secuelas en la cimentación que, necesariamente así ocurre, circunstancia perfectamente clara para un técnico en mecánica de suelos o  constructor experimentado.

Considero una frivolidad irresponsable para quien dispone de licenciatura en historia, pero profano en mecánica de suelos, el realizar dictámenes sobre lo que no entiende, y con la ligereza del vuelo de una ave, pero con la visión de un topo, pasar por encima de todo un mundo de conocimientos, laminándolos tan tranquilamente al afirmar que los terremotos de Lisboa y el de 1761, no participaron en el proceso de ruina de la catedral, como si, por obra y gracia del Altísimo estuviese a salvo de toda acción destructora, excepto de los rayos, claro, quizás porque los rayos provienen del Cielo y los temblores de tierra del Averno.

Concedo, pues, poco valor al hecho de irrumpir, por todo argumento, con un camión volquete con crónicas periodísticas y testimonios de aficionados a la historia, elevados a dogmas, como Ávila de la Cueva, “militar retirado colocado de oficial en el archivo de la catedral” tal y como lo define Filgueira Valverde, el cual despachó 330 años de historia de la provincia de Tui en 353 páginas,  bastantes de ellos en tres líneas, sí, tres, descargarlo todo, como diciendo, agárralo como puedas, y  con el ánimo de sepultar el raciocinio. Pero suele suceder que, por tener éste vida propia, acaba encontrando un hueco por donde salir a la luz.





                                  José Antonio Quiroga Quiroga

martes, 7 de agosto de 2012

Sobre los arcos codales de la catedral de Tui




A raíz de la aparición de un trabajo de Foro Tvde en la página de TRP en Facebook, que recoge, exquisitamente descritas, las impresiones de una visita a la catedral de Tui, y de haber intervenido yo con una apostilla basada en  lo que creí haber escuchado a don Ricardo García, excanónigo fabriquero de dicho templo, que resultó ser errónea, quizá por haber tomado una parte por el todo, de que los arcos codales de la nave principal se debían al arquitecto Pons Sorolla, se desató un debate-porfía que sirvió no sólo  para deslindar la verdad de los hechos sino también para conocer ciertas curiosidades históricas.

La verdad resultante, al menos la que prevalece por venir de fuentes mejor documentadas, es que, salvo un arco codal debido a Pons Sorolla, los restantes son de tiempo anterior al terremoto de Lisboa; y que el libreto, LA CATEDRAL DE TUI, Historia y Arte, editado por Edilesa, incurre en falta de rigor, al afirmar que todos son anteriores al mencionado terremoto.

                Reproduzco, pues, el argumentario por mí esgrimido, con el añadido del último párrafo del capitulo XXV: “Terremotos” del libro de canónigo Ricardo Rodríguez Blanco, a quien tomo por fuente digna de toda fiabilidad dadas sus precisas referencias a lo recogido en los Acuerdos Capitulares,  por considerarlo de interés  para quienes sienten curiosidad por las vicisitudes históricas que atañen a nuestra ciudad.  

 1.- Don Ricardo Rodríguez Blanco, canónigo de la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia de Santiago de Compostela, relata en su libro, impreso en1879 por “El Boletín Eclesiástico”, y titulado, “Apuntes históricos de la SANTA IGLESIA CATEDRAL Ciudad y antigua Diócesos de Tuy, en el capítulo XXV “Terremotos” lo siguiente: “Por más que toda la fábrica de la Sta. Iglesia Catedral sea de muy sólida construcción, sin embargo hubo de sufrir muchos desperfectos y estuvo expuesta a ser arruinada por completo a causa de los terremotos y temblores de tierra que en diferentes épocas se dejaron sentir en esta comarca. Así vemos que, según refiere el tomo IV de los Acuerdos Capitulares, al folio 399, la pared de la Iglesia que dice hacia el Palacio Episcopal fue arruinada y se restauró el año 1627; también leemos en el folio 335 vuelto del tomo XIII de los mismos Acuerdos, que en 1732 se apuntaló la bóveda de la Iglesia que dice a la parte del Claustro, porque se había resentido.

Así mismo hubo también de resentirse toda la Iglesia con el horroroso terremoto de Lisboa de 1º de Noviembre de 1755, (tomo XVII folio 78 vuelto y 81 vuelto de A.C.), y mucho más con el terremoto que se sintió en Tuy el día 31 de Marzo de 1761, muy semejante en violencia y duración al mencionado de Lisboa, y con ramificaciones o sacudidas que se volvieron a sentir a las nueve de la noche y tres y cuarto de la madrugada del día siguiente, como refiere el tomo XVIII de Acuerdos Capitulares a su folio 216 vuelto.

Con este motivo la celebración de los divinos Oficios hubo de trasladarse a la capilla de San Telmo. Por vía de digresión añadiremos que por la tarde del referido día 31 de Marzo, el Sr. Obispo D. Juan Manuel Rodríguez Castañón, con todo el Cabildo, clerecía y pueblo sacaron la imagen de S. Telmo en procesión por la Coronilla y Plazuela del convento de religiosas, cantando el Te-deum. A la mañana siguiente tuvieron procesión general de rogativa con las imágenes de la Santísima Virgen y San Telmo, celebróse Misa solemne, dio el Cabildo tres mil reales de limosna a los pobres de la ciudad y parroquias, y prosiguieron haciendo un novenario y otros ejercicios de piedad y penitencia.

Imposibilitados el Obispo y Cabildo para reparar los daños ocasionados, pidió éste al Rey el 19 de Abril de 1793 le cediese los setenta mil reales que obraban en poder del Sr. Villegas, procedentes del fondo pio de varias prebendas y beneficios, para con ellos poder demoler las torres de la Iglesia. A tan justa súplica concedió el Monarca en 9 de Octubre del mismo año 1793 para el apeo de la Catedral diez y ocho mil reales del fondo pio de la diócesis que había existente, con más para lo sucesivo el importe de la décima del fondo destinado a lactar expósitos en el mismo Obispado.

Así mismo en 19 de Abril de 1794, la Real Cámara eclesiástica, en vista del expediente sobre reparos y construcción de la Catedral, encargó al arquitecto residente en la Coruña D. Fernando Domínguez y Romay pasara a Tuy a reconocer la Iglesia, proyectase y regulase el costo de las obras, y además practicase las diligencias necesarias y señalase el sitio más a propósito en el caso de juzgar necesario hacer el templo de nuevo. Personándose que hubo en Tuy el referido arquitecto, optó por la erección de un nuevo templo y así lo manifestó al Cabildo en su dictamen de 29 de Mayo del mismo año 1794. Pero éste, considerando las dificultades inherentes a la construcción de una  Iglesia Catedral y el mucho tiempo que había de transcurrir antes de verla concluida, resolvió entregar la que veía ruinosa en manos del Maestro Domingo Novás, natural de Pazos de Reyes, que le prometía restaurarla con toda seguridad y dársela concluida para el mes de Diciembre próximo, asegurándole que sólo tendría de coste unos treinta mil reales. En su virtud, hechas las correspondientes escrituras de compromiso, en el Cabildo de 9 de Agosto de 1794, se mandó al referido maestro apuntalar la Iglesia y rectificar el arco toral del Evangelio.

Con tan buena suerte e inteligencia comenzó el Domingo Novás las obras de la Iglesia Catedral, que concluyó felizmente la Cepa Toral, la Capilla Mayor y demás obras de restauración en el mes de Agosto del año siguiente 1795. En su virtud el día 15 de dicho mes comenzaron los divinos oficios en el coro y capilla Mayor, celebrando muy solemne función con su Divina Magestad manifiesto, y procesión por la Coronilla, sin que hasta el presente se hayan suspendido ni la Iglesia resentídose, a pesar de que el día 8 de Junio de 1805 cayó sobre ella un rayo, que afortunadamente no ha causado desgracias ni daños de consideración.

Agradecido el Cabildo a este esclarecido hijo de la ciudad deTuy, a este insigne arquitecto revestido con el humilde título de simple Maestro de Obras, le gratificó con cien doblones y le dio el título de Maestro de Obras de la Iglesia.

Por complemento de estas vicisitudes atravesadas por la Iglesia Catedral, diremos dos palabras sobre las contingencias que ocurrieron acerca de la celebración de los divinos Oficios. Estos según llevamos indicando veníanse celebrando en la capilla de San Telmo desde el último terremoto de 1761; mas como el médico D. Luis de Nóvoa considerase muy contrarios a la salud de los que allí concurrían los pútridos miasmas que exhalaban a causa de la exhumación de los cadáveres que se practicaba para apuntalar la Iglesia y edificar la referida Cepa Toral, lo manifestó así por escrito al Cabildo, y éste en vista de su dictamen en el de 13 de Agosto de 1794 acordó mudar el coro a la Iglesia de los religiosos de Santo Domingo, a fin de evitar los perjuicios que podían ocasionarse. Opúsose a esta mutación el Gobernador eclesiástico, y en vista de su negativa el Cabildo en 29 de Noviembre del citado año 1794 acordó se obedeciese la resolución del Sr. Gobernador, continuando el coro en la capilla de San Telmo; pero que se contase por presentes en él a todos los que por miedo no se atreviesen a asistir.



2.- Manuel Chamoso Lamas, en su libro titulado TUY, editado en 1981, relatando estos hechos y los que siguieron a lo referido por el anterior autor, dice: “A esta providencial intervención se debe, por tanto que se conserve la catedral de Tuy. Cierto es que la aparatosa solución de atados en alzado mediante codales altera la pureza de la estructura de un monumento de tan armónica distribución y desarrollo; no obstante, el fino trazado, el cuidadoso enlace, la pulcra ejecución y molduración de estos codales, incluso la diáfana solución técnica lograda, permite adscribirlos sin reparos a una realidad descriptiva que disculpa la irrupción en la jugosa concepción de líneas, trazados y articulaciones, que integran el conjunto, pues su congelada quietud de masas y posturas invariables se reivindica mediante el ritmo de sus secas formas angulares. … No bastaron las soluciones de Domingo Novás para asegurar en dilatado futuro la obra de la catedral, pues ciertos amenazadores movimientos en cuerpos de alzado y cubiertas obligaron en el año 1948 a realizar una urgente primera etapa de obras de consolidación por parte del Servicio del Patrimonio Artístico Nacional, dirigidas por el arquitecto don Luis Menéndez Pidal, que concluyeron en otra segunda etapa ejecutada el año 1965 por el arquitecto Francisco Pons Sorolla, culminando en una adecuada consolidación y ordenación de cubiertas.

3.- En el libro, Tui, Presente, Pasado y Futuro, publicado en 2006, Miguel Taín Guzmán, Profesor Titular de Historia del Arte de la Universidad de Santiago de Compostela, dice lo siguiente, “Siguiendo la tónica general de desmantelamiento de las sillerías de coro de las catedrales españolas en la posguerra como en Santiago o Lleida, en los años 50 Menéndez Pidal y Pons Sorolla trasladan la sillería tudense a la capilla mayor, lugar donde se encuentran hoy. En cuanto al muro del trascoro, se desmonta, desconociéndose con exactitud en qué fue utilizada la piedra. Eso sí, para evitar los problemas de estabilidad del edificio catedralicio que, recordemos, habían motivado la construcción del muro en 1630, se habilitó un arco codal en su lugar, a semejanza a los ya existentes en la misma nave.

4.- Don Ricardo García y José Ramón, la persona que, entre otros cometidos, atiende las visitas a la catedral, me confirman que el segundo arco codal por la entrada se debe a Pons Sorolla, testimonio que concuerda con lo dicho por el autor anterior.









                              José Antonio Quiroga Quiroga


domingo, 8 de julio de 2012

Con él llegó el orden


             Procedente de Coslada (Madrid), el concejal de Seguridad Ciudadana de Tui, habrá juzgado, que esta vieja ciudad, reposada, tranquila y pacífica por excelencia, estaba necesitada,  por su condición fronteriza, de una exhaustiva Ordenanza de Convivencia Ciudadana a riesgo de convertirse en  cobijo de los fuera de ley  al estilo de las desdichadamente célebres Ciudad Juárez o El Paso, del norte de Méjico.

De entrada, el borrador de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana de Tui, compuesta de 51 artículos, ha originado desasosiego social y revuelo mediático a nivel nacional. Si bien procede  regular ciertos aspectos, el concejal referido, víctima de la tentadora erótica del poder de sentirse por encima de los demás dirigiendo y regulando  vida y comportamiento de la ciudadanía, se ha pasado varios pueblos y ha acabado en un jardín. Arrojar piedras a las personas, dormir de día o de noche en espacios públicos (p.e., una siesta en un parque o  coche), lavarse la cara en una fuente, tocar instrumentos en la calle para ganarse la vida, conducir de forma temeraria un patín o monopatín (supongo que a más de 50 km/h en travesía urbana), el canto de animales domésticos(fauna silvestre aparte), un gallo o canario,  entre las 10 de la noche y las 8 de la mañana, etc. son actividades severamente sancionadas que incluso contemplan la incautación cautelar de los medios empleados y el cobro de los gastos por depósito de los mismos.

 En la comparecencia ante los micrófonos de la radio municipal,  el concejal-sheriff  de Tui ha calificado la alarma social de infundada, y ha atribuido la misma a la tendencia  a “tragiversar” las cosas, hallazgo lingüístico éste, todavía no recogido por la Real Academia Española de la Lengua, que expresa el especial acento trágico-dramático  puesto en una tergiversación. Asimismo, rechazó, faltando a la verdad, la autoría de las abrumadoras cuantías económicas de las sanciones, derivándola al título XI, de la ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local, Tipificación de las Infracciones y Sanciones por las Entidades Locales en determinadas Materias, pues, si bien, efectivamente, el artículo 140 de dicho título XI, clasifica o tipifica, de manera genérica, las infracciones en materia de convivencia de interés local y del uso de sus servicios y espacios públicos, el artículo 141, establece los límites de las sanciones económicas, en evitación de atropellos, pero no fija las cuantías ni obliga a alcanzar el máximo.

Por mi parte, no acepto la tendencia de la Administración de convertir lo público en espacio sagrado, ni los tutelajes de comportamiento cívico por concejales al cuarto, cuyo intervencionismo reglamentista  opresor  no sirve más que para sentar las bases del fomento de la intolerancia entre los ciudadanos. Le sugiero al concejal que, en su arrogamiento de juez y fiscal de vidas y haciendas, en justa reciprocidad, elabore una ordenanza de comportamiento específica para políticos, pues está harto demostrado que no son referencia ni buen ejemplo de nada. En Tui, no embisten los monopatines, sino algunos políticos con sus ordenanzas. 



                                       José Antonio Quiroga Quiroga

domingo, 24 de junio de 2012

El PEPCHA de Tui




En el inicio del período de alegaciones al Plan Especial de Protección del Casco Histórico Artístico de Tui (PEPCHA), el concejal del casco histórico pidió colaboración ciudadana para sacarlo adelante. Sin embargo, las casi dos mil firmas de rechazo al tráfico rodado de salida del aparcamiento proyectado en los terrenos de deporte del Seminario Conciliar, atravesando el Paseo de la Corredera, ha llevado, ¡ay!, a este chico pródigo y  prodigio en salidas de patas de banco, a  desmentirse diciendo, “la gente no sabe lo que firma”. De semejante manifestación, cabría deducir por extensión correlativa,  aunque nunca se atrevería a tanto este  protagonista de numerosas “delicias” edilicias (relativo al cargo de edil), que la gente no sabe lo que vota. Pero no descarto, a la vista de cómo se van retratando algunos concejales de pobre gobierno, de que sí sabiendo la gente lo que vota, no sepa a quién vota.

El aparcamiento citado está mal ubicado, y darle salida al mismo atravesando  el lugar de encuentro por excelencia y ejemplo de nuestro mejor urbanismo, es un error mayúsculo que atenta contra su vocación peatonal. Me indicaba, acertadamente, un amigo, que el lugar adecuado a tal fin, por ubicación céntrica, extensión superficial y conexión directa con la carretera nacional, son los terrenos ocupados por las piscinas municipales y las pistas deportivas del casino. Cabe, pues, reubicar ambas instalaciones y ajardinar la cubierta de los forjados de las plantas de garaje, cuyo perfil escalonado se adecuaría a la orografía del terreno. Del mayor coste de este planteamiento tiene la culpa la tradicional política de improvisación y a salto de mata, que cercena toda capacidad de ordenación urbanística.

El PEPCHA de Tui llega tarde, pues, como me dijo tiempo atrás la arquitecta jefe de Patrimonio, “ahora xa non hay nada que protexer”, refiriéndose a las construcciones ilegales levantadas en la antigua Zona de Respeto vulnerando la ordenanza cinco, que prohíbe las alteraciones de volumen en ausencia de un Plan Especial, y porque se perdieron las ayudas europeas para rehabilitación de cascos históricos. Pero, además, su acción protectora se ve gravemente empañada al proteger a estos y otros edificios ilegales (“Beira Miño”, sentenciado con demolición,“Kiwi”, el voluminoso inmueble de las antiguas viviendas de la Marina, etc.) declarándolos “en ordenación”. Es chocante, también, la justificación del equipo redactor de no recuperar el baluarte  del Olmo: “non é posible a súa recuperación salvo coa reposición dunha morea de terra”.

Los beneficios de este Plan serán imperceptibles a medio plazo, salvo la mayor rapidez de tramitación de licencias, y la amnistía urbanística para los inmuebles de propiedad en origen de los poderes fácticos locales. Ni siquiera la peatonalización del casco histórico será efectiva en este período.

  La dificultad de la ciudadanía de disponer de tiempo y especialización necesarios para poder entender y  estudiar la extensa y compleja documentación de un Plan, es utilizada por los políticos para hacer favores a los suyos, además de para cometer atropellos personales y urbanísticos.



                                       José Antonio Quiroga Quiroga




lunes, 21 de mayo de 2012

¡Alto! una pulga dio un salto


Tras perder todos los trenes de las ayudas europeas destinadas a la recuperación de cascos históricos por paralización del Plan Especial de Tui durante catorce años, y posterior enredo en planes sucedáneo como los PEMCU (Planes de Mejora de la Calidad Urbana), cuyos estériles costes han supuesto desembolsos de 20.000.000 de pesetas y 250.000 euros respectivamente, la operación maceta se adelanta a los inciertos beneficios de un nuevo Plan en tramitación.

El concejal del casco histórico, que tiene problemas por resolver como: ruidos, vandalismo, actividades ilegales, limpieza, tráfico rodado, cableado eléctrico aéreo, degradación inmobiliaria, abandono poblacional, etc. convocó a cámaras, luz y taquígrafos en una de sus calles, para presentar al mundo, el equipo de estrellas, posando en alineada formación al estilo de los siete magníficos, que anunciaría la buena nueva de una medida estructural de alcance histórico e insospechado: el concurso floral de decoración de balcones y ventanas, que procura una explosión floral de geranios y gitanillas por doquier, digno del más exuberante patio andaluz de paredes encaladas. Argumenta el ínclito concejal que tal medida está orientada a la “humanización de calles, mejora estética, incremento de la calidad ambiental, y del valor del espacio patrimonial, además de valor añadido que justifique la visita a nuestra ciudad”. Esta retórica ampulosa diríase pronunciada por un humanista, pero no, pertenece a la casta política al uso de los desenfrenados y obsesivos humanizadores de lo inorgánico. A la cota de calidad ambiental alcanzada con la colocación de  una ristra de banderas en el paseo de la Corredera, cual puerto deportivo o ciudad de los congresos permanentes, se suma, en sinergia potenciadora, esta genial idea con la que, gracias al folclorismo mediterráneo, tanto el románico,  como el gótico de nuestros monumentos adquirirán  un valor fuera de catálogo, que atraerá riadas de turistas y estudiosos de nuevas formas de expresión y promoción del arte. El gobierno municipal tiene, pues, depositadas grandes esperanzas  en dicha operación maceta y consecuente efecto primavera como principal atractivo de la vieja ciudad, si bien para dejar mejor sabor de boca a los visitantes  quizá se rescate y trasplante la figura de la violetera repartiendo flores, cuyo valor añadido es la  creación de empleo.

La globalización, que todo lo homogeneiza, con su entropía cultural e importación indiscriminada de estéticas, faunas y floras, pone en constante riesgo de dilución la identidad de lo autóctono y del hecho diferencial como factor de riqueza y pluralidad, mayormente si nuestros gobernantes, los “bestsellers” de la política,  los dueños de nuestros destinos, son la extracción social liliputiense, insostenible e insoportable, en el orden, ético, académico e  intelectual.

 Esta ocurrencia municipal,  de distracción de los verdaderos problemas, no puede considerarse como un paso o el primer movimiento en dirección a un lejano e importante destino, sino como la celebración jubilosa de una medida insignificante, elevada a la categoría de acontecimiento en la escala del modesto acontecer de todo pueblo, cual es el salto de una pulga en la dirección errónea. Y a saltos erráticos de pulga seguimos avanzando o retrocediendo en Tui.



              Tui, 22 de mayo de 2012






                                                     José Antonio Quiroga Quiroga

sábado, 14 de abril de 2012

La fiesta de San Telmo de Tui

Preámbulo: Como la responsabilidad de celebrar la Fiesta de San Telmo sigue sin alcanzar al gobierno municipal, y dado que el formato y contenido de la misma son  inferior réplica del trasnochado  modelo tradicional, reedito, adaptado a las circunstancias actuales, el escrito crítico publicado en la prensa provincial en marzo de 2008.

A diferencia de toda ciudad, y al igual que cualquier parroquia, la fiesta patronal de San Telmo de Tui no es asunto municipal. El mayor acontecimiento festivo, cultural y religioso, por duración, participación, tradición, exaltación local, sentimiento de identidad y trascendencia geográfica, no es competencia del Ayuntamiento. Tampoco responsabilidad ni obligación de nadie.

Hasta hace muy poco, la realización de los festejos dependía de la ocasional constitución de una comisión ciudadana al efecto que trabajaba al margen de la legalidad fiscal. Esta eventualidad tradicional, por dejación municipal, dio lugar a que, durante el mandato del malogrado regidor Álvarez Durán, el Ayuntamiento tuviese que asumir dicho cometido por falta de iniciativa civil. Últimamente, por razones de legalidad fiscal, la tradicional comisión desembocó en asociación sin ánimo de lucro denominada Comisión de Fiestas San Telmo de Tui, que, con la preceptiva autorización administrativa, se encarga de este servicio. La participación del Ayuntamiento se limita a la gratificante representación institucional en determinados actos y  a la cómoda concesión de una subvención.

Como nada impide que surjan más asociaciones con tal fin,  podríamos asistir, con suerte, al interesante concurso de ideas acerca de su configuración, lo cual redundaría en la deseada mejora, pues, aunque aplaudo la labor altruista de todas las comisiones habidas, el formato habitual, caduco y de perfil plano, está estancado y sumido en la irrelevancia más ordinaria. Entiendo, sin embargo, que es deber ineludible del Ayuntamiento la asunción del coste y responsabilidad de la fiesta patronal; y de la Concejalía de Cultura el diseño y  elaboración del programa. Sí puede delegarse, en cambio, la labor de campo en la voluntariedad de una comisión ciudadana. El gobierno municipal  ha renovado las caras, pero, fiel a la ideología en la que se encuadra, conserva la misma rancia inercia de actitud y de pensamiento de quienes le precedieron.

Gustos aparte, el alarde y derroche en ambientación lumínica, prácticamente imposible de encontrar, en cuanto a profusión, en otras localidades, no sólo contrasta con la pobreza del programa de festejos, sino que resulta un tanto obsceno en estos tiempos de recortes de salarios y en servicios públicos tan fundamentales como la sanidad y educación.  La fiesta de San Telmo sobresale en dos cosas: la procesión, declarada de interés turístico, y la iluminación, considerada de interés crematístico. 

                 Afortunadamente, eso parece, en una cosa se ha mejorado: el abandono de la fea e irrespetuosa costumbre mendicante de abordar públicamente a la gente en demanda de contribución económica. Nadie es merecedor de semejante acoso  puesto que ya colabora con sus impuestos. Ni siquiera cabe demandar dinero a la hostelería con el pretexto de que con tal motivo obtendrá mayores ventas. La fiesta no se hace para beneficio de nadie sino para alegría general: económica para los establecimientos que trabajan, y  de ánimo para quienes la disfrutan.



                                                   José Antonio Quiroga Quiroga


jueves, 8 de marzo de 2012

Figurantes lúdicos

            En la década de los noventa eran noticia frecuente los hermanamientos entre poblaciones por antojadizas razones de afinidad paisajística, turística o de patronazgo religioso. El más destacado paladín en hermandades transfronterizas fue el exalcalde de Ponteareas, Pepe Castro, que estableció lazos fraternos con las localidades de New Port (Inglaterra), Orotava (Tenerife), Monovar (Alicante), aunque fracasó con Tambrige Wells (Inglaterra). La propensión a la fratría, casi extinguida en estos tiempos de crisis económica y de valores, ha dado paso, debido  a la recesión espiritual, aunque tímidamente, al ánimo de estrechar lazos, inicialmente folclóricos, entre pueblos lejanos y, luego, aprovechando el contacto, o tratando de justificar el viaje, explorar posibles canales de colaboración mutua en lo que sea menester.

En esta línea de ampliar horizontes, en absoluto reñida con el disfrute turístico, una delegación oficial del Ayuntamiento de Tui, compuesta por tres miembros del grupo de gobierno y otros tres de la oposición, excepto el BNG,  se desplazó recientemente a la localidad charcutera de Versmold, en Alemania, en la que trabaja un centenar de gallegos, para devolver la visita de carácter folclórico, aunque sin reciprocidad festiva al no haber acompañamiento de gaitas, realizada el año pasado por las autoridades de esta pequeña villa. El regidor tudense, en loable iniciativa, ya que en España no se encuentra trabajo, se reunió con un representante del empresariado local para conocer si los perfiles laborales demandados en Versmold no difieren del de los parados de Tui en cuanto a destreza en manipulación de chacinas y, de estar a la altura, tratar de colocar a los que estuviesen dispuestos a emigrar. Como en Alemania también hay paro, cabe sospechar que la supuesta reserva de empleo para los parados de Tui sea a cambio de aceptar menor salario que el habitual, práctica que se aplica a los latinoamericanos en nuestro país. Puestos a buscar trabajo fuera del territorio nacional, vayan pensando los políticos en establecer oficinas de empleo, a modo de embajadas laborales, en los países emergentes, sin reparar si se trata de Laponia y hace mucho frío.

 Del cometido de los miembros de la oposición que integraban la gloriosa expedición no se tienen noticias salvo la de sumar presencia. Quizá por esa razón llevaron al solitario componente del grupo mixto, un  mocetón de 1,92 m, como digno exponente de la raza miñota. Estos reincidentes aprendices de figurantes, apasionados demandantes de austeridad, pero que dan respaldo a estas frivolidades, justifican su participación escenográfica, cuales extras de la película, alegando que cada uno pagó el billete de avión, aunque los gastos de  estancia corrieron a cargo de los contribuyentes alemanes; de la misma recíproca manera que los contribuyentes tudenses costearon los correspondientes a  los ocasionados por los homólogos comparsas alemanes.



                                                        José Antonio Quiroga Quiroga


martes, 7 de febrero de 2012

Multas en tiempo de crisis


 Comportarse cívicamente es, hoy más que nunca, fundamental para la convivencia en sociedad dada la multiplicidad de situaciones conflictivas que el desarrollo conlleva. Pero el civismo no atañe sólo a la ciudadanía sino también, y en primera instancia, a los regidores. Corresponde a éstos, como responsables del orden, el deber de establecer estructuras organizativas adecuadas: trama urbana, servicios y ordenanzas razonables adaptadas a las realidades física y económica en las que la vida se desarrolla, de modo que posibiliten y faciliten la armonía social, y de evitar someternos a innumerables servidumbres de difícil cumplimiento, como acostumbra a suceder en la estresada Sociedad del Bienestar.
Toda pena o sanción conlleva, inevitablemente, un mensaje de disuasión, pero el fin disuasorio no debe erigirse en categoría y prevalecer imponiéndose al concepto de estricta justicia de expiación de culpas y resarcimiento de daños en términos de equidad y proporcionalidad.  El incuestionable derecho a castigar que le asiste al poder se ha expresado históricamente a través del “furor y horror puniendi”, en forma de  trágicos escarmientos, primero, y correctivos ejemplarizantes, más tarde; y ahora, contemporáneamente, transmutado en delirium recaudatorio en el ámbito de los servicios de la Administración.
Cuando un ciudadano/a acumula un importe por sanciones de 17.000 euros por infringir reiteradamente, algo tan convencional e inocuo como el estacionamiento en la zona ORA, por muy reincidente que sea, cabe preguntarse en qué clase de ogro opresor se ha convertido la Administración Local. Considero abusivo sancionar con 31 euros (Vigo), 24 euros en otros ayuntamientos del entorno, el sobrepasar el límite horario del ticket comprobante, y avasallador  multar con 310 euros (Vigo), 92 euros (otros) si no se identifica el conductor o exceder el límite horario indicado en el ticket en más de dos horas. No es manca tampoco, repartiendo palos, la Dirección General de Tráfico en lo que a estacionamiento concierne  en lugares que no comportan riesgo alguno o mayor obstáculo. Juzguen ustedes: 200 euros por invadir  acera o paseo, no importa en qué medida; 80 euros en zona prohibida por señal. En Alemania,  donde los salarios son superiores a los de España, las infracciones que no comportan riesgo o grave molestia oscilan entre 10 y 20 euros. La vocación opresora –recaudadora es patente, p.e., en las sanciones por no recoger los excrementos de los perros, que en algunas localidades pueden alcanzar 1.500 euros.
La soberanía política como poder, que antes disponía arbitrariamente de las vidas de sus súbditos, ahora  expresa su majestad disponiendo de los sueldos, las pensiones o los servicios sociales de la ciudadanía. Acostumbrada a enseñorearse de nuestros bolsillos, no repara en amputarle una pata,  de una dentellada sancionadora, a los recortados salarios o críticas prestaciones por desempleo, poniendo a los infelices  infractores inducidos en la situación de  llegar a fin de mes cojeando o arrastrándose.

Tui,  de febrero de 2012

 
                                                 Fdo: José Antonio Quiroga Quiroga

miércoles, 25 de enero de 2012

El obsceno chocolate del loro político


No es el loro político un loro cualquiera. Ni moco de pavo el presupuesto de gastos para representación y gestión personal, que un ex político, ahora con columna en periódico provincial, ha convenido en llamar el chocolate del loro. Tampoco son moneda corriente el selecto paladar y gusto por lo exclusivo de tan encumbrada especie.
Las fabulosas cantidades de dinero que recauda la Administración, y que maneja esta clase pagada de sí misma y éticamente desestructurada, les sirven de coartada para, en términos porcentuales, considerar minucias las partidas millonarias que en dispendio personal costeamos los sufridos contribuyentes, y que derrochan sin miramientos en celebraciones, reuniones y atenciones protocolarias.
Sumándome al fuego cruzado del destape de derroches perpetrados a título particular por políticos, abierto en este arranque de precampaña a las elecciones municipales, pero en calidad de franco tirador de la ciudadanía, descorreré un transparente visillo de comedor. No hace mucho, una dama, y cohorte del parlamento gallego, cuyo homólogo en el cargo del parlamento catalán es el “tuneante” y caprichoso tuneador de coches oficiales, Ernest Benach, hizo escala en Tui para comer. Una vez en el restaurante, esta dama, de vista estrábica, que dentro de unos meses repartirá abrazos con cualquiera con derecho a voto, solicitó de inmediato un biombo para marcar distancia respecto de los demás comensales, la mayoría consumidores habituales del menú del día. Carta en mano, la mirada divergente convergió, sin aparente dificultad, en las ofertas más caras: angulas y selecto marisco. Al rato desfilaron solemnemente bandejas con dichos manjares, eso sí, convenientemente tapadas con paños para no herir sensibilidades. Naturalmente, como corresponde a personas de categoría, nadie reparó en el importe de la factura. Tampoco era la cosa como para fatigar la vista si la Visa no se iba a resentir.
La ciudadanía, que no pierde detalle, valora no sólo la delicadeza mostrada en las formas y modos, así como el particular sentido de combatir la crisis con el consumo generoso, sino también el demostrado afán de ejercer el cargo con provecho.


                                        José Antonio Quiroga Quiroga 

Nota: Al objeto de retirar, a petición de parte, de la página de Intra Muros la imagen y entrada del escrito: “Carnicerito converxente” publicado en “Tiralíneas” y, a falta de escrito nuevo, rescato este artículo publicado en noviembre de 2008, dada su vigente actualidad.